Las rondas del tinto
Un sorbo de cafe
despierta las zorras del cuerpo
que dan los buenos días al barrio.
Nadie sospecha la energía
que hay detrás del ritual de los tintos,
los deseos del asesino de acribillar el mundo.
Las palabras
Que vengan las palabras
sin disfraces pero desnudas.
Así son más creíbles y menos tontas.
dispuestas a dormir con cualquiera
en los tejados del cielo.
La cura
El poema no cura el alma
mitiga la sed de la soledad,
la sed de los pájaros solterones del misterio.
La poesía apenas nos salva de sí mismos.
Luna llena
Tiemblan tus manos
y el agua bendita de tu cuerpo,
tiembla el paraíso.
no es la voz de dios animando la vida,
es el amor temblando del susto,
mientras tu corazón y el mío, desnudos,
bailan sonata de luna llena
a las tres en punto de la madrugada.
Sócrates
Sócrates pasó de la dmiración
a los espinosos odios del poder.
Lo que no debemos olvidar
- sin embargo -
es su canto de flauta antes de morir,
su legado invisible para subvertir
las almas perdidas del tiempo de piedra nuestro.
Recuerdos de Heráclito
alguien dejó dicho
que nadie se baña dos veces en el mismo río,
aguas que lavan piedras y manos de peces frescos,
aguas que calman la sed del silencio,
del árbol y la tierra.
En mí es la calma de la sed de los huesos.
Bendita agua de muertos y cementerios.
Los prudentes
Están los que todavía no han decidido nada.
Los cobardes y los prudentes.
La nada, esa vieja canción de cuna,
también tiene su melodía suicida.
Boquita salá
Del amor
intuyo el misterio de los cuerpos
boquita salá
almas en el vasto abismo de la compañía.
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