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ME LLAMO PEDRO CONRADO CUDRIZ y Mis complacencias por la gratuidad del gesto que te permite acceder a mi blog. Bienvenido a mi mundo espiritual y a esta suerte de salvamento existencial, que es una extensión de mi alma vertida en libros, Cd, y opiniones periodísticas semanales.

jueves, 8 de julio de 2010

Mi padre, es un estúpido




“Uno termina siendo igual de estúpido que su padre,” y me lo dijo con tanta seriedad que por poco no le creo.

- Y se lo dije: “No te creo.”
- Y acaso es necesario mentir para decir la verdad.

Lo miré otra vez, su andar y sus cuatro esquinas, eran igual que las de su padre. El tema no era la genética, la biología, los ojos verdes, sino la herencia cultural, el tic nervioso, el grito, las groserías, el machismo, la violencia. Todo se cuela por el vivir, por la sustancia de andar juntos.

- ¿Y quién te dijo que la estupidez es un destino?
- Nadie. Yo lo sé, fue lo que respondió.
- ¿Qué sabes?
- Que uno no tiene más remedio que aprender lo que tiene que aprender
- ¿Me estás hablando de destino?
- Tal vez

En aquel instante recordé a una amiga con la que había conversado cierto tiempo atrás, Silvia Hay, quien tenía claro estas cosas. Los padres son un reto porque los seleccionamos por sus debilidades, así que se acabaron las excusas y viva el parricidio cultural. La estupidez y la bobería social, forman parte de esa suma de comportamientos de masas que en algún momento de la existencia nos robaron la autenticidad del vivir y nos transformaron en sujetos tontos, resentidos, peleoneros, drogadictos, alcohólicos, reactivos sexuales, amargados… Todo esto se aprende por reacción o por adaptación, para no enloquecer, para querer parecernos a alguien, o a ellos, que tontería.

Carlos me observaba de reojo; su posición oblicua cruzaba sus ojos con cierta dificultad. Cambié de posición para recomponer los conceptos y le dije que el destino es una ecuación descifrable para los matemáticos; es un juego, así como me dijo mi Amigo Rafa carrillo, sólo tienes que conocer las reglas del juego, pero no es un misterio. Si mueves la ficha equivocada, te congelas un rato en un tiempo histórico y si por el contrario, aciertas, ganas. El destino no existe, porque el destino eres tú. Si uno quiere puede desbaratar todo el cuadro de costumbre de la casa y hacer su destino. Uno puede acabar con la estupidez de papá.

- ¿Tú crees que eso es fácil?
- ¿Y quién te ha dicho que beberse un vaso de agua es fácil?

Carlos se sorprendió y arreció su ataque:

- Carajo, ¿pero qué te has creído, que soy el Che?
- Las revoluciones más importantes son las que ocurren en la familia, le dije, impactan el pequeño mundo y las olas que levanta el pequeño barco a su alrededor, influyen sobre el resto de los convivientes. Además, es más fácil que empieces por extirpar tu propia estupidez que la estupidez de los demás. Allá afuera hay una montaña de escombros inamovibles, pegados a la vida de seres sufridos; en ti, hay escombros, y son más fáciles de mover porque son voluntariamente tuyos.

- Me has jodido la vida Peter, porque ahora tengo que empezar a pensar y pensar es actuar, mejor dicho…

Lo dejé en la esquina con todos sus pares, muchachos normales, hechos del cristal de la vida, delicados, manos crispadas, pero enraizadas en la invisible torta del dolor de la patria. Ahí los abandoné mientras mi vida buscaba acomodarse otra vez entre los escombros de la alegría…

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