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ME LLAMO PEDRO CONRADO CUDRIZ y Mis complacencias por la gratuidad del gesto que te permite acceder a mi blog. Bienvenido a mi mundo espiritual y a esta suerte de salvamento existencial, que es una extensión de mi alma vertida en libros, Cd, y opiniones periodísticas semanales.

domingo, 7 de marzo de 2010

LA PELICULA


“La vida es una cinta, una película,” me comentaba el tipo, un sujeto interesante que esperaba en la esquina algo, mientras yo también esperaba a alguien. Ambos estábamos a la espera de algo como siempre. La vida de uno trascurre en el tiempo eterno de la espera. “El guión colombiano es infinito, circular. Todos los días veo los noticieros, busco la mejor poltrona de la casa y me imagino en una sala de cine. Es la mejor manera, sino fuera así, sería aburridor este ejercicio de escudriñar la realidad nacional a través de la ficción de la televisión. Esta cinta es muy buena porque es por capítulos y en todos ellos hay muertos y heridos, de cualquier bando, y con el aliciente de que los peores actores de la película, los políticos, se meten en unos líos, que al final terminan presos. Como ahora, no los vio. Hay más de dos docenas de ellos esperando sentencias. Este capítulo que no termina todavía es mejor que el “ocho mil.” Es como esa película de detectives, donde el suspenso, la intriga y la tensión matan al espectador. Uno intenta adelantarse al autor del guión y empieza a caer en su juego, porque empiezan las adivinanzas: este es el asesino, este otro no, aquel si, en fin, este es el cuidapalos de Alcapone, aquel el matón, etc. Y uno espera el final de la película para comprobar si su instinto cinematográfico funciona. Como en la cinta “La vida de David Gale,” (“The life of David Gale”) donde el autor del guión nos da un nocaut espectacular.” La espera del tipo del que les hablo, tenía rostro de desespero, apenas llevaba quince minutos y ya había desparecido de su boca cinco cigarrillos de marca extranjera. Alguien lo saludó, le dio la mano y le deseó un poco de suerte y al final, “Cuídate mucho.” En que guión del mundo, me pregunté yo, estábamos trabajando nosotros, quién o quiénes nos colaron ahí para llenar esta página y alquilar supuestamente un lector que no sé si logrará leer este texto. El tipo era un convencido de su truculencia y casi logró convencerme si no es porque la persona que esperaba, se presentó en el instante en el que el hombre amenazaba colarle banderillas a su faena.

1 comentario:

  1. Esta faena diaria(la película de la vida) se la reparten todos(as)como "el sabroso bocadillo que pasa de boca en boca, y siempre alcanza, así sea rancio".
    ¡Buen texto, colega PEDRO!

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