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ME LLAMO PEDRO CONRADO CUDRIZ y Mis complacencias por la gratuidad del gesto que te permite acceder a mi blog. Bienvenido a mi mundo espiritual y a esta suerte de salvamento existencial, que es una extensión de mi alma vertida en libros, Cd, y opiniones periodísticas semanales.

sábado, 1 de enero de 2011

DE LO QUE UNO PUEDE APRENDER EN UN ACCIDENTE CUALQUIERA DE LA VIDA




Dos compadres conversan amenos en las bancas de un parque:

-Compadre, cómo es la vida ¿Vio lo que le ocurrió a la hija del vecino Humberto?

-¿Qué le pasó compadre?

-La violaron y la embarazaron.

- No le digo, la vida es una mierda.

-Compadre, eso lo sabe todo el mundo.

-Ah, sí, bueno, la vida es una cosa que no tiene lógica, ni cálculos. Para decirlo en términos humanos, no es racional. Si, a cualquiera persona le puede pasar cualquier cosa, sea niña o joven, adulto o anciano.

-Entonces, compadre, ¿qué es lo racional?

-Todo lo que hacemos los seres humanos, especialmente la conducta humana. Porque la vida humana es apenas el soplo vital, el espíritu de las cosas, lo que le imprime movimiento al mundo, y cuando hablamos de lo humano estamos hablando de pasión, del ánimo vivo que impulsa a alguien a hacer algo.

-¿Y las desgracias?

Están en la dimensión de lo humano y caen en la categoría de lo racional, de lo lógico, lo cuerdo, lo previsible, o lo imprevisible, que es el plan B de la vida o el destino del que habla la mayoría de la gente. Algo sin control: En un accidente de tránsito eres atropellado por un conductor ebrio, por ejemplo.

Hay otros eventos en los que interviene la irracionalidad: una cornada en una corraleja, o un ahogado en un pozo profundo en una zona marginal del poblado, o un embarazo indeseado.

-¿Por qué las gentes no hacen uso de la razón?

Creo que no hay misterios, sino un problema de entrenamientos mentales. Si las gentes aprendieran realmente el tema de la suma aprenderían también el tema de la lógica y los supuestos, las inferencias, las restas, las pausas y los controles de las emociones, las perdidas, que es el tema de las restas y el empleo de razones (argumentos, ideas).

¿Y cómo aprendemos de los accidentes de la existencia?

Voy a utilizar una ruptura, un boquete, y voy a introducir otra voz, la de William Ospina para darle respuesta a esta pregunta, corriendo el riesgo de lo inintelegible, así como lo hizo Sábato en una novela con el ensayo de los ciegos: "Nos hace mucha falta la memoria, y no tiene que ser una memoria luctuosa. Pueden ser hechos alegres, llenos de gratitud, profundamente cargados de sentido, de respeto, de reflexión y si se quiere de reverencia, por un mundo al que no hemos sabido horar como se debe. Creo que sólo el arte sabe conmemorar sin luto, con respeto profundo y con alegría creadora, eso que solemos considerar como meras desgracias pero que son en realidad las lecciones que nos da el mundo."

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