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ME LLAMO PEDRO CONRADO CUDRIZ y Mis complacencias por la gratuidad del gesto que te permite acceder a mi blog. Bienvenido a mi mundo espiritual y a esta suerte de salvamento existencial, que es una extensión de mi alma vertida en libros, Cd, y opiniones periodísticas semanales.

sábado, 17 de abril de 2010

Ser papá es más peligroso que un loco con revolver en mano


Escribir es en últimas, el afán de cuestionarnos como padres, hermanos, tíos, profesores, hijos. Todo lo que se nos ocurra. O nos ocurra. Especialmente por el rol de ser padres, que requiere de mucho prestigio para poder soportar las caídas del ángel protector, quien como humano también comete errores, que lo delatan delante de sus propios hijos, quienes hasta los 12 años aproximadamente, son conscientes que sus papás no son ningunos dioses, sino seres terrestres, que se achican por miedo al desastre eterno.

- Ser papá es más peligroso que un loco con revolver en mano.

Silencio... No lo prolongué más y busqué la voz en toda la instancia del cuarto de estudio. Estaba solo, lo que me obligó a inferir que era mi conciencia.

- No exageres.
- ¿Tú crees?
- Sí, porque hay mucha gente que cree que traer hijos al mundo es un deporte.

Todo lo que he leído todos estos años y mi experiencia personal, incluso lo que logrado escribir, me ha servido para ir decantando el rol de padre, tan desgastado y desprestigiado en esa suerte de detalles insulsos de la vida doméstica familiar, que por ser insulsos no han dejado de ser importantes y fundamentales para construir la imagen paterna. La línea del prestigio - ¿Se podría hablar de fama? - se deterioró cuando los hijos no sabían, o no saben, distinguir entre el hombre, el amigo, el padre, el compañero o el cómplice.

- ¿De qué prestigio hablas?
- Del que provee la honradez, la coherencia, la ética y la moral, de la fama ganada en los actos generadores de confianza familiar y social.
- ¿No será que te estás volviendo loco?

Admito que hablar con uno mismo, puede dar la apariencia de locura, de orate sin remedio, porque la gente a pesar de hablar con el pensamiento consigo mismo en las horas de vigilia, no acepta la introspección, un método que bien utilizado reporta excelentes resultados. Además evita que vayas al psicólogo. Así que de locuras no hablemos, porque posiblemente mi yo esté más loco que mi conciencia.

- No es para tanto, escuché con nitidez mi propia voz.
- Claro, porque quieres hacerme creer que los subversivos son unos dementes de ciudad.
- Vaya, no te creí tan delicado.
- Advierto que la delicadeza es tan necesaria para el abordaje de ciertos temas, como la indignidad para comunicarle al otro las ofensas recibidas.

Intento no distraerme con la introspección, así que tomo mi distancia con el método y apuro la copa, porque necesito explicar la confusión de varios roles en una misma persona. Cuando uno es padre, es prioritario fortalecer está función, además hacerla visible como modelo de imitación, sin demeritar por supuesto, los otros roles que la sociedad recarga en los hombros del ciudadano. Ser papá es una responsabilidad que se adquiere en la práctica del amor y la práctica familiar y va más allá de la biología y de la misma cultura, porque el amor lo inventamos todos los días, lo que quiere decir, que no es un modelo para conservarlo en la nevera.

- ¿Crees en el amor?
- Sí, por supuesto.
- Pero en otras partes has dicho que no existe.
- Y no existe, porque los abuelos, los patriarcas, lo inventaron para ser exclusivamente felices y para hacer lo que a ellos les diera la reverenda gana, inclusive la guerra. Y se olvidaron de la compañera, la esposa. Toda una injusticia cultural, que obliga a reinventarse todos los días el amor para que no se parezca al amor de los abuelos.
- Y cómo es el cuento de los…

No la deje terminar… si claro, sé lo que quieres saber. Es complicado porque hay que hacer abstracción para poder comprender… Por ejemplo, si papá trabaja en la empresa por supuesto, no hace el papel de padre, sino de obrero, mecanicista, soldador, etc. Aunque en algunas ocasiones estos roles se crucen por los aprendizajes, es decir, por la propia experiencia de uno y otro rol, siempre se genera una sabiduría o un saber, que ayuda a comprender lo que pasa en el trabajo o la casa, o en otro lugar. O viceversa. Lo que quiero decir, es que ser padre es un aprendizaje cultural inserto en una función específica de la familia, que requiere profunda claridad para que pueda funcionar como respuesta a una necesidad interior (el amor propio) y exterior (el amor a los hijos y a la humanidad), con individuos que no son responsables de venir al mundo… Un papá no es un amigo, ni un cómplice, ni un compañero de la vida con el que podemos pasarla chévere como la pasamos con los compañeros de trabajo. No, un padre es un papá que tiene que hacerse responsable de la vida de sus hijos, tiene que ser su protector hasta que ellos puedan valerse por sí mismos, es decir, hasta que sean seres maduros, autónomos, independientes, libres…

Me vi envuelto en un silencio espeso y la voz que me inquiría se apagó, porque entendió que me harté de ella, aunque a ella esta actitud mía le sea indiferente, porque nunca perderá el dominio sobre mí. Sin embargo, ella sospecha que en algunas ocasiones su voz no es una orden, tal vez, una culpa, pero no una orden. La dejé y me dediqué a otras cosas…

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